El Cantar del Mio Cid

Argumento, Estilo estructura y de El Cantar del Mio Cid

Monumento a EL Cid
Monumento a EL Cid, Sevilla, España.  Christian Kober/Getty Images

"El  Cantar del Mio Cid" (data del año 1200, aproximadamente) es una de las obras más emblemática de la tradición del cantar de gesta (género cantado que derivó de la epopeya) y además el manuscrito más completo que se ha conservado de la época medieval. Dada la ausencia de la primera página del manuscrito no se sabe con exactitud el título de la obra, la cuál a veces figura también como "Poema del Cid." Es de autoría anónima, si bien algunos especialistas creen que fue escrita por Per Abbat, quien firmó una copia del manuscrito de 1207.

Argumento

La gesta narra las batallas, tribulaciones y triunfos del caballero Rodrigo Díaz de Vivar, conocido como el "Cid Campeador" ("Cid" es palabra de origen árabe que significa "señor"), un personaje histórico que murió en 1099. Él debe recuperar la honra perdida dada la injusticia con la que ha sido juzgado: debido a intrigas y mentiras en la corte pierde sus bienes materiales, sus títulos y su familia. La historia es un ir y venir, con altas y bajas, en su persona y su honra, con varios episodios de humillaciones y el mismo número de reconquistas de estatus. Comienza con su destierro y la deshonra que este le causa, la primera caída en su camino. Después llega la primera vez en la que recupera su posición gracias a la conquista de Valencia; seguida de una nueva caída en su honra debido al ultraje que sufren sus hijas a manos del los infantes de Carrión. Comprobada la culpa de los infantes, el Cid recupera su estatus y recibe el perdón real nuevamente (en un juicio real los infantes pierden sus privilegios y quedan infamados públicamente; las hijas se casan con los príncipes de Navarra y Aragón, en una escalada social vertiginosa). Restaurado su nombre y honor, el Cid muere en su casa de Valencia.

Estilo y Estructura

"El Cantar del Mio Cid" tiene las siguientes características en su estructura y estilo: 

  • La obra está dividida en tres cantares: Cantar del Destierro, Cantar de las Bodas de las Hijas del Cid, y el Cantar de la Afrenta de Corpes.
  • Comienza in medias res (quiere decir sin introducción o preámbulo), con el destierro del Cid.
  • Los versos están divididos en dos hemistiquios (cada una de las partes de un verso de arte mayor) separados por cesura (pausa interna).
  • No hay estrofas, pero los versos se agrupan en tiradas (series de versos con una misma rima asonante).
  • La obra comparte muchos rasgos con la epopeya pero también se diferencia de la misma en su carácter más realista y en su tono menos elevado. Pone más hincapié en la importancia de los aspectos domésticos y paternales de la vida del héroe, enalteciendo su humanidad.
  • A diferencia de la mayoría de las epopeyas, "El Cantar del Mio Cid" tiene un final melodramático --la obra se cierra con la muerte tranquila del Cid, en su palacio, en paz y armonía con el mundo.

Temas

  • Dios: En la época medieval predominaba el teocentrismo (un Dios único) y se creía que Dios ordenaba toda la acción del universo. Esta obra no es la excepción: El Cid atribuye su éxito a sus esfuerzos y a Cristo. El respeto que tiene el Cid por el rey, también se puede atribuir a Dios, dado que el rey era el "vasallo" inmediato de Dios en la tierra, y aún cuando éste lo destierra, el Cid le debe respetar y honrar. 
  • El destierro: Caer en destierro significaba quedar por fuera de la estructura feudal, es decir, del mundo ordenado por Dios. 
  • El honor: En esta época el honor estaba muy ligado a las riquezas y al rango social. Las hijas del Cid sirven como instrumentos para alcanzar un nivel social más alto a través del matrimonio con personas de más estatus. La segunda boda de las hijas se valora por su posición social, no por la felicidad o compatibilidad.
  • El buen soldado:  Se hace énfasis en este tema durante las descripciones de las batallas.
  • La integridad: Se considera que el Cid merece el poder, el honor, la justicia y las victorias militares, porque es íntegro en un sentido cristiano, feudal y social. El Cid cree en la fuerza de la ley y en la consideración por el derrotado.