Resumen de Don Quijote: primera parte, capítulo 10

Capítulo 10:

"De lo que más le avino a don Quijote con el vizcaíno y del peligro en que se vio con una turba de yangüeses"*.

Tras ganar la batalla, Sancho le pide a don Quijote una isla para gobernar, pero don Quijote le responde que ésa no era batalla de islas sino de encrucijadas en las que no se gana más que lesiones, pero que en el fututo vendrán otras batallas que le ofrecerán la oportunidad de gobernar una isla.

Luego Sancho le sugiere a don Quijote que busquen asilo en una iglesia, ya que el vizcaíno podría denunciarlos a la Santa Hermandad (institución armada y tribunal), pero don Quijote le hace esta pregunta retórica: "Y, ¿dónde has visto tú, o leído jamás, que caballero andante haya sido puesto ante la justicia, por más homicidios que hubiese cometido?". También le pregunta: "Pero dime por tu vida: ¿has visto más valeroso caballero que yo en todo lo descubierto de la tierra? ¿Has leído en historias otro que tenga ni haya tenido más brío en acometer, más aliento en el perseverar, más destreza en el herir, ni más maña en el derribar?".

A esto, Sancho le responde que no, ya que no sabe leer ni escribir, y le ofrece un ungüento para su oreja herida. Entonces don Quijote le cuenta del bálsamo de Fierabrás, un ungüento con propiedades milagrosas que aparece en el cantar de gesta francés medieval Fierabrás. Mientras Sancho le cura la herida, don Quijote promete vengarse del vizcaíno: "Yo hago juramento al Criador de todas las cosas y a los Santos cuatro Evangelios, donde más largamente están escritos, de hacer la vida que hizo el grande marqués de Mantua cuando juró de vengar la muerte de su sobrino Valdovinos, que fue de no comer pan a manteles, ni con su mujer folgar, y otras cosas que, aunque dellas no me acuerdo [...]".

Pero Sancho le recuerda que si el vizcaíno cumple lo prometido y se presenta ante Dulcinea, no merece otro castigo. Don Quijote reconoce que Sancho tiene razón y anula su juramento de venganza, pero dice que quiere quitarle la celada a otro caballero y menciona el yelmo de Mambrino, un tópico de los poemas épico-burlescos italianos.

Don Quijote le pregunta a Sancho si trae algo de comida, y le responde que sólo pan, queso y cebolla, pero que no son comidas propias de un caballero. Don Quijote le contesta que está equivocado y que los caballeros están acostumbrados a no comer por un mes o sólo comer lo que encuentren por allí. Comparten la comida que Sancho traía y luego se dirigen a un pueblo en busca de una venta (o "castillo") para alojarse, pero no llegan antes del anochecer y don Quijote decide que dormirán bajo el cielo, cerca de las chozas de unos cabreros.

*A diferencia de lo que sugiere el epígrafe, este capítulo no incluye ninguna historia sobre yangüeses. No aparece hasta el capítulo 15. Se cree que es un descuido de Cervantes y sugiere la posibilidad de una primera redacción diferente, que incluyera el relato de los yangüeses, a la que se publicó 1605.

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