Resumen de Don Quijote: primera parte, capítulo 9

The History of Don Quixote by Miguel de Cervantes - a fight scene. Spanish author,
Don Quijote en batalla. Culture Club / Getty Images

Capítulo 9:

"Donde se concluye y da fin a la estupenda batalla que el gallardo vizcaíno y el valiente manchego tuvieron"

Este capítulo es el primero de la segunda parte del primer libro. De nuevo, Cervantes se dirige directamente al lector y le dice que le causó mucha pena no hallar el final de la batalla entre don Quijote y el escudero vizcaíno, y que le pareció increíble que el caballero no tuviera a algún sabio para documentar cada una de sus hazañas. Por ende, nos dice que se puso a buscar la segunda parte de esta historia.

Cervantes cuenta que un día, estando en Toledo, se encontró con un muchacho que estaba vendiendo unos viejos papeles con texto en árabe. Llevó los papeles a un "morisco aljamiado" (que lee árabe y castellano) para que los tradujera. Cuando le leyó a Cervantes una nota en el margen sobre Dulcinea de Toboso, el autor se dio cuenta de que ésta era la historia que buscaba. El título del texto en árabe decía: "Historia de don Quijote de la Mancha, escrita por Cide Hamete Benengeli, historiador arábigo". Se emocionó tanto Cervantes por este hallazgo que le compró el texto al muchacho y le pidió al morisco que lo tradujera en su totalidad.

Cervantes agrega que cree que la historia es verdadera y que el único motivo que tendría por no creerlo sería porque su autor es moro: "Si a ésta se le puede poner alguna objeción cerca de su verdad, no podrá ser otra sino haber sido su autor arábigo, siendo muy propio de los de aquella nación ser mentirosos; aunque, por ser tan nuestros enemigos, antes se puede entender haber quedado falto en ella que demasiado".

Entonces Cervantes vuelve a la historia de la batalla entre don Quijote y el vizcaíno. Don Quijote gana esta batalla, pero con una lesión en la oreja y la celada rota. Al final de dicha batalla, pone la punta de su espada entre los ojos de su rival y le exige que se rinda. En eso, las señoras del coche le piden a don Quijote que le tenga merced. Don Quijote les responde que le perdonará la vida al escudero vizcaíno si promete irse a Toboso, presentarse ante Dulcinea y hacer todo lo que ella le mande. Sin saber quién es Dulcinea, las señoras le prometen que el escudero cumplirá su petición.

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