Fábula

Significado y ejemplos

Luis de Góngora y Argote
Retrato del poeta y escritor español Luis de Góngora y Argote (1561-1627). Por Luis de Góngora y Argote, Dominio publico

Una fábula es un género narrativo en verso o prosa que tiene un fin didáctico. Las fábulas suelen ser breves, protagonizadas por animales personificados, y contienen una moraleja que a veces aparece al final. Este género tiene su origen en las civilizaciones antiguas del Oriente Próximo, pero lo desarrollan aún más los escritores greco-latinos, como Esopo y Fedro. En la Edad Media, se puede hallar fábulas en el Libro de Buen Amor, del Arcipreste de Hita y en El conde Lucanor, de Don Juan Manuel. En el siglo XVIII, Tomás de Iriarte y Félix María Samaniego son algunos de los escritores que cultivaron la fábula.

El término también puede referirse a poemas que recrean temas y episodios de la mitología clásica, como por ejemplo "Fábula de Polifemo y Galatea", de Luis de Góngora, y "Fábula de Apolo y Dafne", de Quevedo, del Siglo de Oro.

Ejemplos

La serpiente y la lima, de Félix María Samaniego

En casa de un cerrajero
entró la Serpiente un día,
y la insensata mordía
en una Lima de acero.
Díjole la Lima: "El mal,
necia, será para ti;
¿cómo has de hacer mella en mí,
que hago polvos el metal?"
Quien pretende sin razón
al más fuerte derribar
no consigue sino dar
coces contra el aguijón.

"El cuervo y el zorro", de Félix María Samaniego

En la rama de un árbol,
bien ufano y contento,
con un queso en el pico
estaba el señor Cuervo.
Del olor atraído
un Zorro muy maestro,
le dijo estas palabras,
o poco más o menos:
“Tenga usted buenos días,
señor Cuervo, mi dueño;
vaya que estáis donoso,
mono, lindo en extremo;
yo no gasto lisonjas,
y digo lo que siento;
que si a tu bella traza
corresponde el gorjeo,
junto a la diosa Ceres,
siendo testigo el cielo,
que tú serás el Fénix
de sus vastos imperios.”
Al oír un discurso
tan dulce y halagüeño,
de vanidad llevado,
quiso cantar el Cuervo.
Abrió su negro pico,
dejó caer el queso;
el muy astuto zorro,
después de haberlo preso,
le dijo : “Señor bobo,
pues sin otro alimento,
quedáis con alabanzas
tan hinchado y repleto,
digerid las lisonjas
mientras yo como el queso".
Quien oye aduladores,
nunca espere otro premio.

Las primeras estrofas de "Fábula de Polifemo y Galatea", de Luis de Góngora

Estas que me dictó, rimas sonoras,
Culta sí aunque bucólica Talía,
Oh excelso Conde, en las purpúreas horas
Que es rosas la alba y rosicler el día,
Ahora que de luz tu niebla doras,
Escucha, al son de la zampoña mía,
Si ya los muros no te ven de Huelva
Peinar el viento, fatigar la selva.
Templado pula en la maestra mano
El generoso pájaro su pluma,
O tan mudo en la alcándara, que en vano
Aun desmentir el cascabel presuma;
Tascando haga el freno de oro cano
Del caballo andaluz la ociosa espuma;
Gima el lebrel en el cordón de seda,
Y al cuerno al fin la cítara suceda.
Treguas al ejercicio sean robusto,
Ocio atento, silencio dulce, en cuanto
Debajo escuchas de dosel augusto
Del músico jayán el fiero canto.
Alterna con las Musas hoy el gusto,
Que si la mía puede ofrecer tanto
Clarín —y de la Fama no segundo—,
Tu nombre oirán los términos del mundo.
Donde espumoso el mar sicilïano
El pie argenta de plata al Lilibeo,
Bóveda o de las fraguas de Vulcano
O tumba de los huesos de Tifeo,
Pálidas señas cenizoso un llano,
Cuando no del sacrílego deseo,
Del duro oficio da. Allí una alta roca
Mordaza es a una gruta de su boca.