Personificación

Significado y ejemplos de personificación

Don Juan
El actor Fran Perea interpreta a Don Juan. Quim Llenas/Getty Images

La personificación es la atribución de cualidades o actividades humanas a un ser no humano, sea un objeto, un animal o una idea abstracta. También puede ser la representación humana de un prototipo. La personificación es una figura retórica que se usa tanto en la poesía como en la ficción.

También conocido como

Prosopopeya

Ejemplos

En el Libro de buen amor, de Juan Ruiz, Arcipresente de Hita, encontramos en el personaje Don Carnal la personificación del pecado y de la tentación, y en Doña Cuaresma, el arrepentimiento y el periodo de Cuaresma del calendario católico.

En la obra El burlador de Sevilla y convidado de piedra, de Tirso de Molina, el personaje de Don Juan es la personificación del prototipo del seductor.

En La Celestina, Celestina es la personificación de la alcahueta y medianera de relaciones amorosas.

En La Regenta, Leopoldo Alas, "Clarín", atribuye características humanas a una ciudad:

Vetusta, la muy noble y leal ciudad, corte en lejano siglo, hacía digestión del cocido y de la olla podrida, y descansaba oyendo entre sueños el monótono y familiar zumbido de la campana del coro, que retumbaba en lo alto de la esbelta torre en la Santa basílica.

En "Vino, primero, pura", de Juan Ramón Jiménez, parece que el poeta describe a una mujer, pero al final descubrimos que es la personificación de la poesía:

Vino, primero pura,
vestida de inocencia;
y la amé como un niño.
Luego se fue vistiendo
de no sé qué ropajes;
y la fui odiando sin saberlo.
Llegó a ser una reina
fastuosa de tesoros . . .
¡Qué iracundia de hiel y sin sentido!
Mas se fue desnudando
y yo le sonreía.
Se quedó con la túnica
de su inocencia antigua.
Creí de nuevo en ella.
Y se quitó la túnica
y apareció desnuda toda.
¡Oh pasión de mi vida, poesía
desnuda, mía para siempre!

En Industrias y andanzas de Alfanhuí, Rafael Sánchez Ferlosio personifica un cerezo:

Tiempo después se había casado este hombre con una mujer joven y muy guapa y había cortado el cerezo para hacerle un silla (. . .) Pero el cerezo había sido cortado en plena juventud y convertido en silla y encerrado en aquel interior y estaba enfermo de hastío. El cerezo odiaba cuatro cosas de la casa...